El Wildlife Photographer of the Year es uno de esos concursos anuales de larga tradición y prestigio que siempre dan que hablar por la increíble belleza y espectacularidad de las fotografías que consiguen alzarse con los premios … y, de vez en cuando, también por las trampas que han hecho sus autores.
A unos meses de haber proclamado a Marcio Cabral ganador de la categoría Animales en su Entorno, el jurado del prestigioso Wildlife Photographer of the Year ha descalificado su fotografía y le ha desposeído a él del premio.
Pero empecemos por el principio. La magnífica fotografía que Cabral presentó al concurso se llamaba el Asaltante Nocturno y representaba a un oso hormiguero asaltando un termitero sobre cuya superficie refulgían unas bellas luciérnagas fosforescentes. El entorno era ideal, se trataba del Parque Nacional de las Emas en Brasil, único lugar en el mundo donde se podría observar una escena como está pero …
Lo cierto es que tras una concienzuda investigación el jurado del concurso pudo determinar que el oso hormiguero presente en la fotografía tenía un parecido más que sospechoso con un ejemplar de esa especie disecado que se encuentra en el mismo Parque Natural donde la fotografía fue tomada. El animal tiene la misma postura, la misma cola de melena extendida y habitualmente se le puede ver en el parque apoyado sobre el tronco de un árbol.
Por el momento, Marcio Cabral no ha reconocido su impostura. Afirma que el oso apareció mientras tomaba una fotografía de larga exposición y acto seguido desapareció por lo que las tomas del antes y el después de la instantánea que se hizo acreedora al premio, no permiten ver animal alguno.
La verdad es que no es la primera vez, posiblemente no va a ser la última, en la que imágenes que han incumplido los requisitos exigidos por las bases de un concurso de fotografía, se alzan con el premio. Aquí en España el ejemplo lo tenemos próximo ya que hace unos años, en 2009, José Luis Rodríguez vio cómo anulaban el premio que había ganado con una magnífica imagen nocturna de un lobo saltando una valla. En esa ocasión, los expertos consideraron que había muchísimas similitud entre ese ejemplar de lobo y uno domesticado sobradamente conocido por los expertos de la zona.