Un libro sobre la fotografía digital y química como medio de expresión artística

Anaya Multimedia acaba de publicar La Fotografía como Arte, un título de Bruce Barnbaum que se convirtió en un clásico de la literatura fotográfica a mediados de los años 90, cuando vio la luz su primera edición.  Ahora vuelve con una profunda revisión que ha incorpora todo lo relativo a la fotografía digital a la reedición que el propio autor ya hizo en 2010.

Es curioso que este fotógrafo americano, gran maestro el paisaje y la fotografía en blanco y negro, era allá por los años 60 un ingeniero especializado en misiles guiados. Hace muchos, muchos años que dejó atrás su antigua ocupación para convertirse en un fotógrafo a tiempo completo que a lo largo de estas décadas ha dividido su tiempo entre la enseñanza y la creación de imágenes, siendo también reconocido como un maestro del cuarto oscuro por la extraordinaria calidad de sus copias.

La Fotografía como Arte en es un libro con ambiciones. Tiene un amplio formato (25 X 25 centímetros), muchas páginas (406), una cuidada impresión y reproducción fotográfica que se extiende a las excelentes fotografías en blanco y negro y, esto es lo fundamental, sus contenidos son tan extensos como variados y doctos.

A lo largo de las páginas de su obra, Bruce Barnbaum aborda multitud de temas: la filosofía de la fotografía, la composición, como visualizar las imágenes que vas a tomar, la utilización de los filtros en blanco y negro, el uso de la película en blanco y negro, técnicas de posproducción analógicas y digitales, la impresión de las imágenes, la intuición creativa o el desarrollo de una visión personal.

Es muy importante señalar que los contenidos de este libro se dividen entre la fotografía analógica y la fotografía digital. Como maestro en ambas técnicas (hace blanco y negro químico y color digital), Barnbaum ha querido volcar sus conocimientos sobre ambas en su obra. Como cada vez hay menos libros dedicados a la fotografía química, por lo que quienes siguen fieles a ella o se inicia ahora en su uso, agradecerán infinitamente tener las indicaciones de un verdadero maestro.

Los contenidos en torno a la fotografía analógica y el laboratorio químico son extensos. Hay un capítulo dedicado a la exposición según el sistema de zonas para película en blanco y negro, otro sobre el control del contraste y el sistema de zonas para negativos en blanco y negro, y uno más sobre la impresión sobre papel fotosensible, con cerca de medio centenar de páginas. Para finalizar los contenidos relacionados con la fotografía analógica, dos apéndices aportan información sobre cómo probar los materiales del equipo en la fotografía tradicional y sobre los tipos de fuente de luz para ampliadoras.

Por supuesto, esta riqueza de contenidos para la fotografía analógica no significa que se hayan dejado de lado los conocimientos relacionados con la imagen digital y así, por ejemplo, el sistema de zonas en digital queda también ampliamente explicado.

El resto de los contenidos no se ven influidos en absoluto por la dicotomía analógico-digital. Habla de la composición, de la luz, el color… y también de temas relacionados con la aproximación artística a la fotografía y la necesidad de forjar una filosofía personal a la hora de utilizar esta técnica como un medio para comunicarse y comunicar ideas, sentimientos o sensaciones.

Es justo o destacar que todas las imágenes incluidas en el libro son obra de su autor y gracias a ellas podemos descubrir su maestría a la hora de captar impactantes imágenes, principalmente en blanco y negro, para posteriormente producir a partir de ellas copias con una increíble riqueza de tonos. Esto es algo que además podemos apreciar en muchas ocasiones de forma comparativa al poder ver el antes y el después del procesado elegido por el autor para dar por finalizada su obra.

El libro puede ser adquirido a través de este enlace: La Fotografía como Arte,

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