Cámara EOS R, la opción sin espejo full frame de Canon

Ha tardado un poco en llegar a mis manos una Canon EOS R, pero la espera ha merecido la pena porque la primera cámara sin espejo de formato completo fabricada por Canon y que inaugura una nueva montura pensada para una nueva familia de objetivos (los RF) es un aparato fotográfico muy eficiente, bien construido y con muchas características que merecen ser comentadas y ponderadas.

Si os gustan las cámaras sin espejo, quizás ya sabréis que la EOS R es una full-frame de 30 megapíxeles, con una sensibilidad ISO de 100 a 40.000 ampliable en ambos extremos (50 -102.000) y con capacidad de disparar ráfagas de 8 fotogramas por segundo cuando está ajustada a enfoque fijo y 5 fotogramas por segundo si está en enfoque automático.

Además de esas características básicas, hay que decir que el enfoque es muy rápido,  incluso en condiciones de baja iluminación, y que tiene más de 5.000 puntos de enfoque automático AF que la cámara gestiona eficientemente para asegurar que podamos enfocar en cualquier parte del área de visión.

He publicado en mi canal de YouTube un vídeo que podéis ver a continuación en el que comento con cierta extensión las características que más me han gustado de esta cámara

Una sin espejo muy bien construida

La construcción de esta cámara es sólida y transmite calidad cuando se tiene entre las manos. La estructura es de aleación de magnesio y lleva partes de policarbonato y fibra de vidrio. Por añadidura, tanto el cuerpo como los objetivos de la nueva serie están sellados lo que permite su uso bajo condiciones de climatológicas duras como humedad, lluvia o polvo.

La empuñadura de la Canon EOS R está muy bien diseñada ergonómicamente por lo que permite un agarre firme y seguro con una sola mano aún cuando lleva montado un objetivo pesado como el 24-70 mm f2.

Los ingenieros de Canon han debido de trabajar duro para conseguir dotar a este aparato de unos elementos de usabilidad innovadores y una alta capacidad de personalización ya que gran parte de los botones y diales (hasta 14) pueden ser personalizados para que se dediquen a la función que el usuario prefiera. Esto quiere decir que podemos, por ejemplo, hacer que la sensibilidad ISO cambie con uno de los anillos del objetivo, o con la barra táctil trasera o con un dial… es cuestión de la forma de trabajo en la que nos encontramos más cómodos.

Usabilidad y personalización

Después de probarla, para mi los puntos más reseñables en cuanto a la innovación en usabilidad son dos: el anillo frontal multifuncional de los objetivos y la capacidad de seleccionar el punto de enfoque en la pantalla trasera apagada mientras miramos por el visor electrónico.

Ponemos asignarle al anillo frontal del objetivo cualquier función, a mi personalmente me parece que si se ajusta con él la sensibilidad ISO, y con los dos diales del cuerpo de la cámara que se controlan con el pulgar manejamos la velocidad y el diafragma, tenemos todo el control del triángulo de la exposición en nuestra mano sin despegar el ojo del visor. Me parece realmente brillante.

También el hecho de poder pasar el pulgar de la mano derecha sobre la pantalla trasera mientras que miramos por el visor, para fijar el punto de enfoque donde más nos interese, me parece muy brillante. Es mucho mejor que tener que usar un dial o incluso un minijoystick, porque permite un movimiento más natural e intuitivo.

Lo que no me parece tan recomendable es la barra táctil que hay junto al visor. Es totalmente probramable en cuanto a las funciones que controle y en cuanto a si la usamos por rozamiento o por clics, pero personalmente no me ha gustado demasiado y me parece que puede dar lugar a cambiar un ajuste inadvertidamente.

Una nueva línea de objetivos

La nueva Canon EOS R tiene una característica muy destacada y diferencial respecto al resto de la gama EOS: su montura es nueva y distinta. Está preparada para montar una nueva línea de objetivos (RF), es más ancha que la de los objetivos normales (EF) y viene dotada de 12 pines de conexión para compartir datos con el cuerpo de la cámara. Esto significa que tiene 4 más que los objetivos EF y que abre una puerta a nuevas funcionalidades.

Como todas las familias de objetivos cuando nacen, el número de miembros es relativamente corto. De momento hay 4, dos focales fijas y dos zoom :

Todos ellos son muy luminosos, sellados y bien construidos. El 35 mm y el zoom 24-105 son los más asequibles (550 euros y 1.150 euros aproximadamente) mientras que los otros dos por su gran luminosidad tienen un precio elevado (2.600 euros el 50 mm y 3.250 euros el zoom 28-70).

Compatibilidad con objetivos Canon anteriores

Canon se ha preocupado por poner en el mercado simultáneamente a esta cámara y nueva serie de objetivos, una serie de anillos adaptadores que permiten montar sobre la máquina los objetivos de la serie EF, por lo que los usuarios de Canon no tienen tienen que renunciar a sus ópticas preferidas si adquieren esta cámara.

De hecho la cámara se vende en kit con un anillo adaptador sencillo y hay además otros dos, de perecio más elevado y que no vienen de serie con la cámara que tienen funciones añadidas como son un filtro interno trasero de densidad neutra variable y un filtro polarizador.

Anillo con filtro de densidad neutra variable

Mi experiencia de uso

Tengo que confesar que he tenido poco tiempo de trastear con la cámara pero el suficiente para probarla de día y de noche y para poder decir que es un aparato que se maneja con facilidad pese a sus muchas opciones de personalización.

Me ha parecido especialmente destacable rapidez y facilidad del enfoque incluso en situaciones nocturnas de bajo nivel de iluminación. En ese tipo de escenas y disparando con sensibilidades ISO altas, me ha gustado la estructura de grano fino que se produce en la imagen y que, para mi gusto, no requiere de un posterior ajuste de reducción de ruido en posproducción.

También el visor electrónico me parece muy reseñable. Yo personalmente prefiero las cámaras reflex porque me gusta ver claramente la imagen por el visor de la cámara. Pese a ello tengo que reconocer que el visor electrónico de la Canon EOS R cumple muy bien con su misión y te presenta una visión muy realista y natural de la escena que tienes delante. Todo ello con la ventaja inherente a los visores electrónicos de que te permiten una simulación del efecto de los ajustes sobre la imagen.

En el lado menos positivo de la cámara situaría dos elementos. Uno es inevitable, el consumo eléctrico del visor hace que la autonomía de la cámara no vaya más allá de los 400 disparos, una pega que con una batería de repuesto en el bolsillo se puede mitigar. La otra es que los diseñadores han sido poco generosos con las ranuras y sólo han dispuesto una para la tarjeta de memoria tipo SD. Como se ve, ninguna de las pegas resta funcionalidad al aparato.

En la siguiente galería podéis ver algunos ejemplos de imágenes tomadas con la Canon EOS R

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