En 2015 se cumplía el 200 aniversario del nacimiento de Julia Margaret Cameron (Calcuta, 1815 – Ceilán, 1879) y el Victoria and Albert Museum lo celebró con una exposición que se acaba inaugurar ahora en Madrid en la sede de la Fundación Mapfre que da un paso más allá de lo que sus miradas retrospectivas a la historia de la fotografía suelen ir, para mostrarnos la obra de una de las creadoras del siglo XIX más celebradas hoy y controvertida en su tiempo.
Conocida por la intensidad de sus retratos, hizo posar como modelos a sus familiares, sirvientes y amigos, entre los que se encontraban los más importantes poetas, escritores y artistas británicos de su tiempo. Sus fotografías rompían con las reglas establecidas: estaban deliberadamente desenfocadas y a menudo incluían imperfecciones, arañazos, manchas y otros rastros del proceso creativo. A lo largo de su vida, Cameron recibió críticas de sus contemporáneos por sus técnicas poco convencionales, pero también fue alabada por la belleza de sus composiciones y por su concepción de la fotografía como forma artística.
La exposición que ofrece ahora la Fundación Mapfre es notable porque pone a disposición del público más de 100 fotografías originales procedentes de los fondos del Victoria and Albert. Es una colección muy difícil de contemplar por el extremado cuidado con el que deben ser tratadas estas copias de época para las que la luz constituye su principal enemigo por lo que las ocasiones de contemplarlas y hacerlo en tal cantidad, son muy reducidas.
Julia Margaret Cameron llegó a la fotografía con 48 años, después de haber recorrido mundo ya que sus estudios y su vida privada la llevaron a lugares tan distantes como Francia, Calcuta o Ceylan. El encuentro con la fotografía ocurrió en Sudáfrica y se puede decir que fue para ella una pasión duradera ya que nunca más la abandonó. Con cámaras de gran formato y copiando siempre sus positivos mediante contacto -lo que nos permite ver exactamente el formato de sus negativos- fue aprendiendo el oficio al tiempo que creó una aproximación personal y distinta tanto al retrato como a la representación de temas bíblicos.
En todo momento Cameron tuvo la conciencia y la intención de estar haciendo arte. “Aspiro a ennoblecer la fotografía -decía- a darle el tenor y los usos propios de las Bellas Artes, combinando lo real y lo ideal, sin que la devoción por la poesía y la belleza sacrifique en nada la verdad”.
La muestra que puede visitarse hasta el 15 de mayo en la Fundación Mapfre está dividida en cinco secciones que permiten ver la evolución técnica y artística de la fotógrafa y hay también una última sección con fotografías no de Cameron sino de otros fotógrafos coetáneos cuya contemplación permiten hacerse una idea del tipo de fotografía que se realizaba en la segunda mitad del siglo XIX y apreciar por comparación las diferencias con la obra de Margaret Cameron.
Como es habitual en las exposiciones de la Fundación Mapfre cómo ésta dedicada a Julia Margaret Cameron cuenta con un microsite en el que es posible ojear una amplia selección de las imágenes presentes en la muestra y leer textos explicativos sobre las distintas secciones que la componen. Para acceder a este microsite se puede pinchar en el siguiente enlace: Julia Margaret Cameron exposición en Mapfre
