Siempre he pensado que el inmenso caudal de plasticidad y fuerza gráfica que tiene el flamenco, está realmente infrarrepresentado en el arte fotográfico. Afortunadamente, de vez en cuando algunos autores tratan de reparar ese agravio, como ha ocurrido ahora con la fotógrafa Ana Torralva y su exposición Teoría y juego del duende que se puede ver en el Museo Regional de Arte Moderno de Cartagena, hasta el 5 de noviembre.
Comisariada por la propia autora junto a Juan García Sandoval (director del MURAM), se trata de una muestra antológica del trabajo de la fotógrafa gaditana, compuesta por una selección 65 imágenes en blanco y negro, unas en formato tradicional otras fragmentadas y divididas en secuencias, con retratos de grandes figuras del baile, el cante y el toque flamencos.
En Teoría y juego del duende Ana nos muestra con gestos y retratos, los sentires que inundan su gran fascinación por el arte jondo. Atracción que le ha llevado a fotografiar a los grandes del flamenco, entre otros a Camarón, El Cigala, Paco de Lucía, Enrique Morente, Remedios Amaya, Carmen Linares o María Pagés, entre otros muchos.
Es el destilado de más de veinte años de trabajo que tienen un preciso hilo conductor: la indagación a través de la fotografía sobre la génesis de la emoción en el arte, sobre el duende en el flamenco. Magia y reflexión se unen en sus imágenes, en las que destaca la búsqueda psicológica de la persona.
En este trabajo, Ana Torralva afirma que utiliza “las secuencias o la fragmentación en la fotografía como un proceso de conceptualización de la imagen, que provoca otra mirada. Acerca al publico al detalle, a la esencia… y, en este caso, al flamenco.»
Son imágenes que hablan. Cada una constituye una narración poética y con una aparente sencillez surge el carácter psicológico de personalidades del flamenco, consiguiendo plasmar secuencias y rasgos inesperados, en los rostros. Son instantáneas en blanco y negro, realizadas en el espacio particular, en el domicilio o lugar de ensayo del retratado, fruto de sesiones y de actuaciones realizadas para Ana, en las que se establece un juego de seducción, de complicidad: se busca la magia.
Para Alfonso de la Torre, -crítico y teórico de arte, autor de un texto en el catálogo (“Ana Torralva: el álbum del desasosiego”)-, asunto capital es la indagación que esta creadora realiza en torno a las apariencias, comparando ciertas zonas de su trabajo con las reflexiones del artista Juan Muñoz, observando que “vuelven a referirme, poderosas, el pavor del murmullo del mundo. Están los personajes de nuestra artista retratados en un instante que pareció silencio, a veces con aire de contención, otras mirando atrevidos allende la imagen, cierran los ojos algunos, abandonados en su trance aquellos, otros dirigen sus párpados a la nada. Imágenes de geografías y cuerpos, de extensiones o fragmentos, es capaz de componer Torralva representaciones de rostros como campos, edificios en ruinas que muestran sus heridas, estrías de las tierras tal si fuesen rostros surcados por el tiempo. Trabajo buscando la verdad, sentencia Ana Torralva con seriedad, busca la esquiva verdad, añadimos”.
Retratos y decires del arte jondo
El quehacer artístico y fuente de inspiración de las obras de Ana Torralva se fundamentan en la conferencia ‘Juego y teoría del duende’ pronunciada en 1933 por Federico García Lorca, quien transforma la palabra “duende” en una categoría estética y artística. Este concepto, el duende lorquiano, es el verdadero motor estético de Ana Torralva. En sus propias palabras: «en Teoría y Juego del Duende, reinterpreto, a la vez que juego (en el sentido serio del término), y planteo conceptualmente cuestiones teóricas».
Con sus imágenes Ana Torralva expresa toda una gama de sentimientos que pasan por la alegría, la pena y el temor. Son rostros, palmas, taconeo, sensualidad, baile, fuerza…, que recogen la expresión artística de un pueblo. Fotografías que plasman momentos únicos y llenos de expresividad, puro duende.
La exposición está promovida y organizada por la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente; la Dirección General de Bienes Culturales y el Museo Regional de Arte Moderno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, y cuenta con el apoyo de Caja Murcia.
Ana Torralva
Ana Torralva, es una de las grandes fotógrafas españolas, especializada en retrato. Es Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca (2011), especializada en Arte y Fotografía, y profesora de Fotografía y Proyectos, en dicha universidad desde 1991 hasta la actualidad. Acreditada fotógrafa de prensa en sus inicios en el rotativo El País entre 1983-1995, al principio desde Valencia, donde crea la edición gráfica, y después desde Madrid, como reportera gráfica, publicando habitualmente en el País Semanal y en Babelia.
Nace en San Fernando de Cádiz en 1957, y a los siete años se traslada con parte de su familia a Cartagena (Murcia). Actualmente reside entre Madrid y Salamanca, pasando largas temporadas en Nueva York donde es ponente y profesora en el Empire State College.
Los inicios de la fotografía de Ana vienen de la mano de su padre Esteban Torralva, fotógrafo, pintor y amante del flamenco. A los catorce años, tiene su primera cámara y realiza sus primeros retratos.
Entre sus primeros trabajos, sobresalen algunos retratos de literatos, músicos y personas vinculadas con el espectáculo, que le han otorgado su mayor reconocimiento artístico y profesional. Destaca su serie de mujeres escritoras, un conjunto de retratos que refleja una insistente inclinación hacia el mundo femenino, y que se convierte en uno de sus temas recurrentes a través de imágenes de mujeres de todas las épocas.
El flamenco se ha configurado como uno de sus temas predilectos, desde 1985, en diversos proyectos, Retratos y Paisajes de El Cante de las Minas. La Unión (1996), Ha pasado un Duende (1999) y Duendes del Flamenco (2005).
FotoPress en la categoría de Retrato (Tercer Premio, 1984); Cinco mujeres y su entorno (Primer Premio, 1989) y Poli Díaz, fuerza y ternura (Segundo Premio, 1990).