El Doble de una Vida, retrospectiva de André Kertész en Valladolid

La Sala de San Benito de Valladolid ofrece hasta el 15 de marzo la muestra André Kertész. El Doble de una Vida, organizada por el Jeu de Pomme, que en 2010 hizo  una gran retrospectiva del artista. Esta exposición ofrece al visitante un recorrido por las cuatro etapas en las que generalmente se divide la producción de Kertész: la húngara (1912-1925),  la francesa (1925-1936) la neoyorkina (1936-1962) y la internacional (1962-1985) e incluye 189 fotografías, tanto imágenes en blanco y negro (163) como también de su escasa producción en color (26). En la organización de esta muestra han participado diChroma photography y la Mediathèque de l’Architecture et du Patrimoine.

Es difícil encuadrar a André Kertész, coqueteó con el surrealismo, el constructivismo y el humanismo, y sus imágenes podrían encajar con el concepto de fotoperiodismo, con la fotografía callejera… pero siempre desde un toque personal que las hace originales. Su visión del encuadre hizo que inicialmente su obra no fuera muy tenida en cuenta por la crítica y, de hecho, a lo largo de su vida fue un artista que creía que su producción no había recibido el reconocimiento que merecía y eso pese al hecho de que, a partir de 1962, comenzó a ser objeto de una avalancha de premios, homenajes y exposiciones en diferentes países.

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Hungría

Andor (André en húngaro) nace en 1894 en Budapest y tiene sólo ocho años cuando muere su padre. Tras graduarse en la Academia de Comercio, comienza a trabajar en la Bolsa. Su primera fotografía conocida data de 1912; titulada Jeune homme endormi (‘Joven adormecido’).

Cuando es llamado a filas, se dedica a retratar la vida cotidiana de los soldados del ejército austrohúngaro, el tiempo muerto pasado en las trincheras y las largas marchas de campaña. Kertész quiere convertirse en fotógrafo y su sueño se hace realidad cuando emigra a Francia, lleno de esperanzas y de determinación.

Emigración a Francia

andre-kertesz-1Llega a París en 1925 y se establece en el barrio de Montparnasse, donde se mezcla con artistas y escritores (Mondrian, Chagall, Zadkine, Foujita, Colette, etc.) y comienza a fotografiar a sus amigos húngaros, los estudios de diversos artistas, así como escenas callejeras. No tarda mucho en darse a conocer y en 1927 su obra se expone en la galería Au Sacre du Printemps. En 1933 crea su famosa serie Distorsions(‘Distorsiones’), en la que los cuerpos desnudos de sus dos modelos rusas se reflejan en un espejo deformante. En 1934 se publica Paris vu par André Kertész, acompañado de un texto escrito por Pierre Mac Orlan, y es también en París donde Kertész realiza sus obras maestras: La Danseuse burlesque (‘La bailarina satírica’) (1926), Chez Mondrian (‘En casa de Mondrian’) (1926) y Les Mains et les lunettes de Paul Arma(‘Manos de Paul Arma’) (1928). A partir de 1928, Kertész comienza a usar su Leica, y hasta 1935 es uno de los principales fotógrafos de la revista Vu.

Traslado a Nueva York

En 1936, Kertész y su mujer Elisabeth (con la que se ha casado en 1933) se mudan a Nueva York para cumplir con el compromiso adquirido con la agencia Keystone. Pero Kertész no logra imponerse como uno de los principales representantes de la fotografía de vanguardia en Estados Unidos. En 1944 adopta la nacionalidad estadounidense y en 1949 firma un contrato de exclusividad con la editorial Condé Nast. Pero se siente incomprendido y su talento malgastado, por lo que decide poner fin a su carrera profesional en 1962.

Reconocimiento internacional

En 1963, Kertész recupera los negativos de sus periodos húngaro y francés, que había dejado en París en 1936. Tras presentar su obra en la Biblioteca Nacional francesa, en 1964 el Museo de Arte Moderno de Nueva York realiza una exposición de la misma. En todo el mundo comienzan a organizarse homenajes en torno a este artista, desde exposiciones en Tokio, hasta Estocolmo, Budapest, Londres, París y Helsinki… En 1975 es el invitado de honor en los Encuentros Internacionales de Fotografía de Arles. Se publican numerosos libros dedicados a su obra, así como varias importantes monografías: Hungarian Memories (1982), Of Paris and New York (1985) y André Kertész, ma France (1990). En 1984 Kertész dona su colección completa de negativos y de documentos personales al Estado francés (al Ministerio de Cultura). Fallece en su casa de Nueva York, el 28 de septiembre de 1985.

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