Una de las cualidades que distingue a un fotógrafo es su capacidad para descubrir imágenes dignas de interés allí donde otros no ven más que la realidad cotidiana.
Una pared con hojas de hiedra y troncos de enredadera no tienen nada en especial, pero la capacidad de aislar que posee el objetivo nos puede permitir componer una imagen interesante conjugando con habilidad los elementos compositivos. En esta ocasión, color, forma y textura.
El tronco retorcido y con forma de S se ha encuadrado de manera que entra por una esquina de la fotografía y sale por la opuesta con lo que aporta dinamismo a la composición. Por otra parte, la contraposición del brillante color verde de las hojas de superficie suave con la aspereza del tronco de tonos amarronados produce una combinación que funciona muy bien gráficamente.
En el procesado de la imagen se le ha quitado brillo a las altas luces de las hojas y se ha resaltado la textura mediante la aplicación de un filtro de Paso alto en modo de fusión Superponer y se ha reforzado la saturación.
La imagen no está reencuadrada ni recortada. Fue tomada con una cámara Canon 20D con objetivo Canon EF 24-70mm f/2.8L USM a una distancia efectiva de 62 mm. La velocidad de obturación fue de 1/60s a f/8 con una sensibilidad de 400 ISO.