Las calles mojadas se suelen ofrecer buenas oportunidades para conseguir fotografías que llaman la atención por diversos motivos. Esta imagen captada en la ciudad de Marrakech a primera hora de la mañana consigue su fuerza precisamente gracias a que el asfalto mojado se convierte en una gran mancha de color dominada por el amarillo, el rojo, el azul y los ocres. Es una buena idea salir a la calle cuando aceras y calzadas están cubiertas por una lámina de agua para mirar al suelo y encontrar en los reflejos imágenes de interés.
Por otra parte, la composición de esta fotografía se beneficia positivamente de las potentes líneas convergentes que forman los bordillos izquierdo y derecho de la calle. Están encuadrados de tal forma que convergen en un punto. Esto hace que la vista tenga un claro camino de entrada y salida en la fotografía, que se recorre desde abajo hacia arriba a la izquierda.
La aparición fortuita de un motorista en el encuadre mientras que hacía la toma le añadió un claro punto de interés adicional a este fotograma que no se encontraba en los que le precedían.
La imagen no está reencuadrada ni recortada. Fue tomada con una cámara Canon 40D con objetivo Canon EF 24-70mm f/2.8L USM a una distancia efectiva de 40 mm. La velocidad de obturación fue de 1/125s a f/8 con una sensibilidad de 100 ISO.