La más alta institución del arte en España, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se creó en 1752. En 1919 discutió por vez primera si deberían admitir a un fotógrafo entre los académicos y la decisión fue negativa. Un siglo después, en el día de hoy, se ha inaugurado una sala permanente dedicada a la fotografía.
Se trata de un reconocimiento simbólico impulsado por Publio López Mondéjar, académico, historiador de la fotografía y comisario de infinidad de muestras de fotografía documental.
La Academia enfatiza, así, al reconocimiento de la fotografía en la comunidad cultural y su presencia creciente en los grandes museos del mundo. Para Publio López Mondéjar, miembro de la Sección de Nuevas Artes de la Imagen de la Academia: “Un referente cultural como la Academia no podía ignorar a la fotografía en las salas de su Museo. Nuestro añorado compañero Francisco Calvo Serraller hace mucho tiempo nos recordaba que la fotografía es un lenguaje homologable al de cualquier otra manifestación o creación artística”.
Hace ya mucho que la Real de San Fernando incorporó a fotógrafos como el propio Publio o Alberto Schommer como académicos y, lo que es más importante, atesora cerca de tres mil fotografías que componen actualmente la colección fotográfica del Museo de la Academia
La pequeña sala que hoy se ha inaugurado dentro del museo de la Academia ocupa sus paredes con doce obras de otros tantos autores elegidas para la ocasión por su peso en la fotografía actual o su simbolismo histórico y la diversidad de tendencias que representan. Allí están Charles Clifford, Ramón Masats, Paco Gómez, Gabriel Cualladó, Castro Prieto, García Alix, Isabel Muñoz, Ouka Leele, Manuel Outumuro, Chema Madoz o Carlos Pérez Siquier. En el acto inaugural se encontraban presentes muchos de esos nombres y otros ilustres de la fotografía española como Marisa Flórez, Eduardo Momeñe o la heredera de Marín, entre otros.
