La gran feria de las artes plásticas, sin distinción de técnica o soporte, abre sus puertas. ARCO 2012 ha tenido ayer su primera jornada para profesionales y el viernes podrá ser visitada por el público general. Cifras y datos definen de manera fría su realidad: dos pabellones, 215 galerías de 29 países, 3.000 artistas… y entre todos ponen a disposición del visitante un festival de pintura, escultura, videoinstalación… y, por supuesto, fotografía, que este año tiene como país invitado a Holanda.

Sólo he podido hacer una visita muy rápida, demasiado para transmitir detalles. Pero he podido constatar que la fotografía, como ocurría ya en anteriores ediciones, pugna codo con codo por la atención de los visitantes, que pocas galerías especializadas de fotografía han podido hacerse un hueco entre los pabellones de la feria – con la excepción de La Fábrica- supongo que por razones de criterios de selección y por el elevado precio del metro cuadrado de stand. Se confirma también la preponderancia del formato en fotografía con una inflación de tamaños monstruosos y tiradas super reducidas. La fotografía más grande que he visto en ARCO 12 ha sido una obra de 2005 de Win Wenders (The sea near Naoshima) que mide ni más ni menos que 4.5 metros de largo por 1.78 de alto. La tirada más reducida, un solo ejemplar como ocurre, por ejemplo, con una obra de Zwelethu Mthethwa que yo calificaría directamente como fotografía de reportaje, presente en la madrileña Oliva Arauna. Por lo que se refiere a los soportes y enmarcados, en la variedad está el gusto: dibón, metacrilato, marcos con cristal, cajas de luz, unos clavitos y unas pinzas…



