Editorial Blume ha reeditado un libro que, desde su primera edición en 2007, se convirtió en una obra clave sobre la teoría de la composición fotográfica El ojo del fotógrafo de Michael Freeman. Su palmarés no está superado a día de hoy y, por el contrario, la vigencia de esta obra es absoluta porque los principios sobre los que habla son esenciales, relativos a la naturaleza misma de la fotografía.
Si Michael Freeman sólo hubiera escrito un libro y éste fuera El ojo del fotógrafo merecería ser considerado de pleno derecho como uno de los autores de teoría fotográfica más importantes del mundo. Freeman es no sólo un buen fotógrafo, sino también un autor prolífico con obras de distinta orientación pero a través de todas ellas revalida una vez tras otra su palmarés como el fotógrafo que es capaz de reflexionar y expresar con mayor profundidad y fundamento todo lo relativo a la fotografía, tanto en sus aspectos técnicos como en los que van mucho más allá de la técnica.
Desde luego, El ojo del fotógrafo no tiene nada que ver con la técnica sino con la visión, la composición y el diseño de las imágenes . Dice Freeman en el libro que «es importante tratar los principios básicos del diseño como una forma de investigación, una actitud mental» y no abordarlos como un conjunto de reglas. Es fácil decirlo pero más complicado seguir el consejo y este libro le proporciona al fotógrafo-lector toda la información y los principios para reflexionar sobre la imagen, investigar y llegar a interiorizar esa actitud mental que, a la larga, sirva para mejorar sus composiciones y con ello sus fotografías.
El libro tiene seis capítulos. Los cuatro primeros están dedicados a desarrollar las posibles estrategias del encuadre de un motivo en el fotograma, establecer las bases del diseño aplicables a una imagen con temas como el contraste, el equilibrio, la tensión, el ritmo, etc; enumerar y estudiar los posibles elementos gráficos que entran a formar parte de la imagen; y finalmente, a hablar sobre el papel de la luz y el color como elementos compositivos.
Los dos último capítulos adoptan otro punto de vista. En el quinto aborda cuáles son los propósitos y la intención que puede aportar el fotógrafo a su imagen a la hora de componerla, su deseo de crear una fotografía simple o compleja, tener una intención clara o ser ambiguo, adoptar un estilo documental o expresivo, ser convencional o buscar puntos de vista más estimulantes. Y en el sexto y último apartado de la obra, se centra en el proceso mismo de la toma. Este acto rápido y aparentemente instintivo por el que se presiona el disparador en un momento preciso, en realidad encierra los conocimientos e intenciones del fotógrafo y puede ser educado mediante la reflexión y el estudio, algo que Freeman pretende hacer en este capítulo en el que habla de la caza fotográfica, la capacidad de anticipación, el repertorio compositivo a disposición del ojo formado, y la necesidad de la exploración de las distintas posibilidades que se plantean a la hora de plasmar una escena, al menos las estáticas.
Puesto que no se habla de la técnica en sí, las abundantes fotografías d este libro no llevan datos de toma (sólo distraerían del objetivo que se busca) pero sí son abundantes las series de imágenes que permiten ver cómo Freeman aborda la toma, las variaciones que realiza, los cambios de encuadre… y eso constituye una enseñanza inapreciable.
Para que no quede duda merece la pena concluir diciendo que este no es un libro para quien busca consejos rápidos sobre velocidad, diafragma, profundidad de campo, etc. sino un excelente texto de estudio para alguien que tiene la intención de reflexionar y experimentar con los hilos que mueven la dinámica de las imágenes. Eso sí, no es un texto académico y aburrido sino que los profundos conocimientos ofrecidos se destilan en párrafos muy aquilatados que contienen la teoría justa y abundante práctica y resultan fáciles de entender con el soporte gráfico proporcionado.
El libro puede ser adquirido en este enlace: El ojo del fotógrafo
muchas gracias por las reseñas, especialmente por esta «ojo fotográfico», desde hace mucho tiempo estaba buscando un libro que hablara sobre composición fotográfica y este libro me cayo como anillo al dedo. De nuevo Muchas gracias