Fundación Telefónica, dentro de su línea de recuperación de archivos fotográficos históricos que ha tenido muestras brillantes como las dedicadas a Marín, Brangulí o Vieitez y la del propio archivo de Telefónica, ofrece hasta el 14 de septiembre la exposición Arissa. La sombra y el fotógrafo 1922-1936 primera antológica sobre este autor que recoge la obra de uno de los más destacados representantes españoles de la fotografía española de los años veinte y treinta que evoluciona del pictorialismo a las vanguardias.
La muestra, dentro del marco del Festival PHotoEspaña 2014 y comisariada por Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld, está compuesta por más de 160 fotografías en blanco y negro que recorren su trayectoria profesional a través de tres bloques estilísticos: el pictorialismo, entre 1922 y 1928; la evolución hacia las soluciones visuales de la modernidad hasta el comienzo de los años treinta y la Nueva Visión, desde 1930 hasta 1936, cuando Arissa se incorpora plenamente a las vanguardias fotográficas.
Las imágenes expuestas provienen de las colecciones de negativos preservados por Fundación Telefónica y el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya, y entre ellas se encuentran los escasos tirajes efectuados por el autor que se conservan en papel.
Los inicios: la etapa pictorialista
Antoni Arissa (Barcelona,1900-1980) se inició en la fotografía a comienzos de los años veinte, compaginando su labor como fotógrafo con la imprenta familiar. Sus inicios hay que enmarcarlos en la corriente pictorialista, surgida en 1890 en torno a asociaciones y sociedades fotográficas, que buscaban el reconocimiento de la fotografía como una disciplina artística. Durante este período, su trayectoria coincide con la del resto de autores españoles de la época, que se alejaban de la fotografía documental y aunaban diferentes movimientos artísticos, desde el Pre-Rafaelismo hasta el Simbolismo y les conducía a un mundo preciosista lleno de atmósferas y ensoñaciones de misterio.
En 1922, Arissa funda junto a Josep Girabalt y Lluis Batlle la Agrupación Fotográfica Saint-Victor, un año antes de la aparición de la Agrupación Fotográfica de Cataluña, donde se formaron los fotógrafos de la época. Es en esta etapa, dentro de la Agrupación, cuando él desarrolla su primera producción como fotógrafo pictorialista y retrata escenas rurales, iconografías campestres con escenarios previamente preparados, descripciones literarias de una arcadia en la que sobreviven los valores tradicionales e imágenes de niños que recuerdan a los cuentos infantiles de los Hermanos Grimm o Perrault.
La evolución hacia la Nueva Visión
Este cambio en el qué y cómo fotografiar se vio reforzado por varios aspectos como su carrera de impresor-editor y sus conocimientos de tipografía. También por el auge de disciplinas como la publicidad, donde la vanguardia fotográfica encuentra su espacio con fotógrafos de la generación de Arissa como Pere Català Pic, Emili Godes o Josep Masana. Y además, por la aparición de nuevas publicaciones que contemplan los recursos estilísticos de la nueva fotografía (Estudis, D’Ací i d’Allà, revista Ford o Art de la llum) y artículos firmados por Manuel Abril o Salvador Dalí que apuestan por la implantación de los nuevos lenguajes fotográficos.
Éste es el cambio hacia la conceptualización fotográfica, donde rechaza los dogmas del pictorialismo y su obra se centra en las pequeñas cosas. Tanto la familia, como su propia vivienda se convierten en escenarios de su obra: la casa, el jardín, los pasillos, los objetos cotidianos y sus propias hijas se transforman en elementos gráficos. Poco a poco, el círculo se abre fuera del núcleo familiar y le llevará a retratar las calles y el puerto de Barcelona. A partir de aquí, cualquier fragmento de realidad será objeto de su actividad fotográfica.
Biografía Antoni Arissa
Antoni Arissa Asmarats nace en Barcelona en 1900 en una familia de impresores. A partir de 1920 se hace cargo de la empresa. Con solo 22 años obtuvo su primer premio en la revista Criterium, en 1924 fue galardonado en el Ateneo Obrero de Gijón y en 1925 recibió el Premio de honor de Figueras.
También obtuvo diversos premios internacionales y su trabajo fue seleccionado para exposiciones como la II Exposition internationale d’Art Photographique de Saint Etienne, junto a autores como Frantisek Drtikol o Jaromír Funke. En 1935, la revista Art de la Llum dedicó un número monográfico a Antoni Arissa que coincidió con la exposición de la Sala de Exposiciones del Centro Popular Catalanista de Sant Andreu.