Una plaga llamada… fotógrafos

¿Tú sabías que los fotógrafos somos muy pesados? Bueno, seguro que si no lo sabías al menos lo sospechabas las por las cosas que te dice tu pareja o tus amigos cada vez que te paras a la hacer una foto, siempre por un tiempo más largo del que tus acompañantes querrían esperar.

El caso es que por una cosa o por otra todo el mundo acaba harto de los fotógrafos y eso es exactamente lo que les pasa también a los habitantes de una recoleta calle parisina de nombre rue Cremieux que es bonita, estrecha, colorida, empedrada y un magnífico lugar para vivir… sino fuera por los centenares y miles de personas que cámara en ristre acuden a hacerse allí un selfi o, todavía mucho más aparatoso, a rodar un videoclip, una coreografía de clase de danza o cualquier otra cosa que necesite un bonito escenario. No hay más que echar un vistazo a Instagram.

El caso es que los habitantes de la rue Cremieux están solicitando al ayuntamiento de París que limite las horas de acceso a la calle para que ésta quede vedada al menos los fines de semana y por las noches para asegurar el descanso de los residentes.

Mientras que esto no ocurre es que la calle es una verdadera feria como bien se puede ver en este buen reportaje de Televisión Española: Los vecinos de la rue Cremieux hartos de “instagrammers”

Sea como fuere, el caso es que conforme pasan los años no sólo hacemos cada vez más miles y miles de fotografías, sino que además tendemos todos a hacerlas en los mismos sitios. Una cosa es segura, el mundo va a quedar súper bien documentado para la posteridad y otra cosa también segura es que resulta difícil encontrar nuevos enfoques y nuevas perspectivas de los lugares icónicos de las ciudades que hay alrededor del globo.

Rue-Cremieux

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