Fallece Bárbara Allende, Ouka Leele sigue viva

Allá por 1978 una amiga me pidió que posara para una foto que iba  usar en su felicitación de navidad, me puso unas lavanderas en el hombro, un río de papel de plata  y unos reyes magos subiendo por el brazo y me convertí en el icono navideño en blanco y negro con el que una jovencísima Ouka Leele felicitó las fiestas a todos sus amigos.

El Hortelano

Parece que fue ayer, pero ayer, concretamente ayer, falleció Bárbara Allende Gil de Biedma, la poeta icónica que se representaba como la estrella Ouka Leele. Su nombre lo escogió de una estrella imaginaria e imaginada en un firmamento de cómic por El Hortelano, su pareja largo tiempo, y hoy también fallecido como el gran amigo de ambos Ceesepe, los tres, hitos en el torbellino creativo de aquellos años locos.

Ouka Leele, fue profeta en su tierra, perejil en todas las salsas de la estela memorística de la movida, reconocida en su momento de esplendor y después, celebrada en los ambientes artísticos y los sociales. Y fue una creadora con un estilo absolutamente reconocible. Era Dadá en su creación y completamente naif en su relato verbal. Las acuarelas Vallejo fueron su mejor aliado en su mejor momento artístico, la sabia con la que dio color a todos aquellas ensoñaciones surrealistas con las que creó un imaginario completamente propio, creativo y divertido.

Finalmente, su torrente creativo se ha secado para siempre pero llenas de vida y de color, inmortalizados para siempre siguen su perrita Rita, Ceesepe, su profesor de claqué, El Hortelano, la Cibeles habitada por faunos y decena de personas, objetos y sueños que un día fueron parte de su brillante universo de estrellas.

Descansa en paz, Bárbara.

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