CaixaForum de Madrid expone hasta el 15 de enero «Infancia», trabajo en el que la fotógrafa Isabel Muñoz ha captado las miradas de los niños de veinte países con motivo del vigésimo aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño.
En «Infancia», montada como si de una gran instalación se tratara, los niños retratados por Isabel Muñoz miran ya en el exterior del edificio a los transeúntes del madrileño Paseo del Prado desde grandes módulos, de 1,80 metros de altura, que muestran fotografías a ambos lados.
Estas piezas también se han situado en el vestíbulo del edificio, como preámbulo de la exposición.
El comisario Manuel Blanco ha concebido la muestra como una gran instalación «en la que no hubiera distancia entre las imágenes y el observador» y para ello ha creado estos grandes paneles en los que, ha subrayado, «los niños nos miran de frente y se meten en nuestras vidas».
Según Blanco, Isabel Muñoz logra retratar «lo irretratable, los problemas difíciles, la situación de la infancia en el mundo y relacionarlas con los derechos del niño».
La sala en la que se exhibe la exposición se ha forrado de espejos «en los que se refleja la diversidad de los niños del mundo, pero sin distancias. La belleza de las fotos de Isabel es que no hay barreras», ha precisado el comisario.
Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes 2009, Premio PhotoEspaña 2009 y World Press Photo 200 y 2005, Isabel Muñoz ha viajado por Europa, África, Asia y América para captar la realidad de la infancia, en un proyecto promovido por UNICEF con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID).
«Los niños son especiales. Tienen una gran generosidad, una forma de jugar y de soñar dentro de sus propias pesadillas. Pueden vivir lo más horrendo pero sonreír y esa sonrisa es real», ha comentado la fotógrafa durante la presentación de la muestra.
Muñoz ha destacado la importancia que ha tenido trabajar en equipo. «No eran dos ojos, eran muchos ojos» los que han colaborado en «un trabajo hecho desde la dignidad. Pedimos a cada uno de los niños que nos dijera cual era su palacio, para unos era el mar, para otros un árbol o su habitación», ha explicado la artista.
El deseo de Muñoz al hacer su trabajo era, ha especificado, mostrar «un mapa del mundo a través de sus sueños y al final se ha convertido en un trabajo sobre la esperanza, sin la que no podríamos vivir. Queda mucho por hacer pero esos veinte años de los Derechos del Niño han servido para muchas cosas».
Isabel Muñoz reconoce que siempre llevará con ella las historias de cada uno de los niños de este, como la artista lo define, «maratón mágico» del que dice guarda «la esperanza, todas sus miradas y todos sus sueños», con los que va a vivir siempre.
Y entre las muchas historias que narran las imágenes de Isabel Muñoz están las de Sita, una niña de Nepal que con seis años entró a trabajar en el servicio doméstico y desde entonces no ha vuelto a ver a sus padres; la de Armando, víctima de abusos sexuales en Filipinas, o la de Sebastián en medio de la pobreza en Colombia.
Me identifico con tu hermoso trabajo fotogràfico. Tienes una atractiva presencia en el color que le una vida particular y enèrgica. El contenido me fascina. Tienes un «punk» algo en particular que motiva y atrae. Te felicito. Sigue adelante. Guberlin Rojas Venezuela. isla de Margarita
Me identifico con tu hermoso trabajo fotogràfico. Tienes una atractiva presencia en el color que le da una vida particular y enèrgica. El contenido me fascina. Tienes un “punk” algo en particular que motiva y atrae. Te felicito. Sigue adelante. Guberlin Rojas Venezuela. isla de Margarita. Es una buena semilla que debes desarrollar