Tenía 92 años y se había convertido hace muchas décadas en un clásico de la fotografía tan admirado como imitado, tan genial como inimitable en su extrema sencillez, ayer fallecía en Nueva York.
Conocido por sus composiciones marcadas por la luz, la sencillez y la elegancia, Penn estudió en la Escuela de Artes Industriales del Museo de Filadelfia y se formó junto al gran fotógrafo Alexey Brodovitch. En 1937, se trasladó a Nueva York para trabajar en la publicación Harper´s Bazaar, sin embargo sería en la famosa revista Vogue donde forjó su carrera profesional a partir de 1943.
Allí, al principio se dedicó a supervisar el diseño de las portadas y para luego trabajar como fotógrafo. Sus instantáneas aparecieron en más de 150 números de esta importante publicación de moda durante los siguientes 50 años. Su relación con la moda también se plasmó en su vida personal, ya que en 1950, se casó con su modelo favorita, Lisa Fonssagrives, con la que tuvo un hijo.
Este fotógrafo, caracterizado por su perfeccionismo y por su atracción por las imágenes de estudio, retrató a personajes tan destacados como Marcel Duchamp, Spencer Tracy y Marlene Dietrich, o a modelos como Kate Moss. Además, captó la realidad de diversos lugares del mundo, como Nueva Guinea.
John Szarkowski del Museo de Arte Moderno, escribió en el catálogo para una retrospectiva sobre Penn que «la gracia, el ingenio, y la elegancia animada y sorprendente de su línea, y su sensibilidad hacia el personaje» hacen de las fotografías de Penn «un placer para nuestros ojos».
