Este retrato tiene un esquema de iluminación que trata de transmitir el aire de la fotografía de estudio de los años 50, aunque el peinado desenfadado de la modelo le aporta al resultado un tono más contemporáneo.
El retrato carece de todo artificio, incluso está carente de cualquier complemento para el pelo, pendientes, adornos, etc. por lo que toda su efectividad se basa en la expresividad y la belleza de la modelo y en la iluminación. El esquema de iluminación empleado es bastante sencillo y combina sólo dos flashes.
La luz principal proviene de un beauty dish desnudo colocado cenitalmente sobre la modelo desde el lado derecho de la cámara. Este tipo de modificador del flahs produce una iluminación relativamente dura pero muy efectiva para resaltar la belleza del rostro.
El segundo punto de luz se colocó detrás de la modelo en el suelo. Era un flash con snoot (cono) que apuntaba hacia el fondo blanco pero un poco ladeado hacia la izquierda de la cámara, de esta manera conseguíamos tener justo detrás de la cabeza de la modelo una zona en sobra y otra muy iluminada. En realidad se produce una especie de arlequinado ya que la zona en sombra de la modelo coincide con la zona de luz del fondo y la zona de sombra del fondo con la parte iluminada de la modelo, y gracias a esta contraposición de luces y sombras la imagen consigue un dinamismo que la hace atractiva.
Para suavizar las sombras se emplearon además dos reflectores. Un reflector plateado situado a la altura del pecho de la modelo para rebotar hacia arriba parte de la luz del beauty dish y otro reflector blanco colocado lateralmente en sentido opuesto al de la luz principal, tal como se puede ver en el esquema de iluminación
La fotografía está tomada con una cámara de formato completo y un zoom 70-200 mm a una focal efectiva de 122 mm. La velocidad fue de 1/160, el diafragma f/16 y la sensibilidad ISO 400.
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