La luz en la fotografía de paisaje, un libro lleno de consejos y conocimiento

Javier Martínez Morán es uno de los mejores fotógrafos españoles de astronomía y paisaje. Hace ya dos años publicó su primer libro: Astrofotografía. El paisaje nocturno una obra magnífica que reseñamos en su día en este post. Ahora, ha llegado a las librerías La luz en la fotografía de paisaje, del alba al ocaso un libro que empieza en el punto del día donde el otro acaba, el momento cuando la noche deja paso a los primeros rayos del amanecer.

Cuando Javier Martínez Morán habla en este libro de “fotografía de paisaje”, lo hace de una forma integral que incluye tanto el entorno urbano como el natural y, en todos lo casos, la obra está profusamente ilustrada con las imágenes del propio Martínez Morán que, gracias a su plasticidad, le añaden al libro un valor inspiracional que suma atractivo al completo contenido técnico del que vamos a hablar.

Todos los capítulos de La luz en la fotografía de paisaje comparten una característica: los textos llevan un suculento “rebozo” de experiencia y consejos extremadamente útiles. El primero habla de cámaras, objetivos, trípodes… pero la virtud de Javier Martínez Morán es que va más allá de contarte cuál es la cobertura de un super gran angular y te explica, por ejemplo, cómo su utilidad y efecto varía completamente si lo vas a usar a pie de montaña o en la cima. De la misma forma, no se limita a hablarte de diferentes tipos de mochila sino que te hace comprender la utilidad de unas y otras en función de la salida que vas a hacer, sin dejar de lado una pequeña lección de anatomía para que comprendas cómo debe adaptarse a tu cintura o cuál debe ser su altura. 

Dicho de otra forma, este capítulo y los otros ocho que componen la obra brillan por su enfoque práctico y didáctico que hacen del libro una magnífica herramienta de aprendizaje.

Cualquier fotógrafo interesado en el paisaje ha experimentado alguna vez la frustración de llegar al lugar deseado en un momento inadecuado para conseguir la fotografía que le habría gustado captar. Para tratar de evitar esas situaciones entra en juego la planificación, que es el tema del segundo capítulo de la obra. En él Martínez Morán pasa revista a las principales herramientas que nos permiten prever con antelación dónde estarán el sol, la luna y las estrellas o cuál va a ser la situación meteorológica de un determinado lugar o que ponen a nuestra disposición la cartografía para llegar a él con o sin cobertura de móvil. 

De paso, también nos ofrece en este capítulo dedicado a la planificación una breve lección de meteorología para entender mejor el comportamiento de los distintos tipos de nubes en el amanecer, el atardecer o al mediodía.

Como buen fotógrafo de paisaje, Javier Martínez Morán acostumbra a pasar mucho tiempo en un lugar con el trípode plantado y registrando con su cámara cómo varía la luz del amanecer o del atardecer para conseguir finalmente imágenes espectaculares. Porque si algo tiene la luz natural es que cambia, se transforma continuamente y esas variaciones centran el contenido del tercer capítulo del libro. Ahí se habla sobre la hora azul y la dorada, la del mediodía y las distintas intensidades y colores que nos proporciona el sol con diferentes condiciones atmosféricas.

Con todo ese contenido por delante, es en el capítulo 4 de La luz en la fotografía de paisajes donde Martínez Morán enseña al lector todos los conceptos a tener en cuenta a la hora de la toma. Habla de la medición de la luz y sus modos, del histograma y su interpretación, la ampliación del rango dinámico, el uso de filtros, el ISO, el enfoque, etc. Es posiblemente el capítulo que reúne los contenidos más generalistas pero, por supuesto, totalmente significativos para la fotografía de paisaje.

Los capítulos 5, 6 y 7 constituyen el apartado “Ejemplos” del libro y son un verdadero tesoro. 124 páginas divididas en Amanecer, Mediodía y Atardecer donde Javier Martínez Morán disecciona 13 fotografías. Incluye absolutamente todo sobre ellas, desde la planificación, circunstancias de la sesión y las diferentes tomas realizadas hasta los pasos del revelado en Lightroom para llegar a la foto final. Por la profundidad del tratamiento y la profusión de datos, la explicación de cada una de estas fotografías equivale a una verdadera clase magistral o masterclass como injustificadamente se estila decir hoy en día.

Finalmente, los capítulos 8 y 9, agrupados bajo el epígrafe Recursos Extra, son un riquísimo compendio de técnicas especialmente útiles en la fotografía de paisaje urbano o natural y aplicables a muchos otros géneros. Aquí es donde el autor nos explica cómo se hace un Focus Stacking, las panorámicas, los ajustes locales, la eliminación de personas de una escena, la corrección de perspectivas, el efecto Orton, etc. Los explica de forma sucinta pero suficientemente detallada para que el lector sea capaz de aprender a realizarlos.

Por todo lo dicho, creo que estamos ante un valioso libro útil, bien hecho y magníficamente ilustrado que merecería ser traducido a otras lenguas ya que no tiene nada que envidiar a los títulos que tantas veces nos llegan del mercado anglosajón.

El libro puede ser adquirido desde este enlace:  La luz en la fotografía de paisaje, del alba al ocaso

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