De muy pocos fotógrafos se puede decir que han abierto nuevas sendas de expresividad dentro de la fotografía. Duane Michals es uno de ellos, primero fue la creación de series para contar historias en imágenes y poco tiempo después el añadido de textos manuscritos sobre la copia fotográfica que desmentían el dicho de que una fotografía vale más que mil palabras y creaban un nuevo lenguaje simbiótico en el que textos e imágenes se complementan y sirven para crear una expresión cargada de poesía y misterio.
La sala de la Fundación Mapfre de Barcelona ofrece hasta el 10 de septiembre la oportunidad de ver una exposición retrospectiva con un recorrido completo por la trayectoria fotográfica de Duane Michals y comprobar la evolución que este octogenario todavía en activo ha realizado a lo largo de las últimas seis décadas en las que no ha dejado de crear imágenes.
Son 270 fotografías las que se encargan de relatarnos ese amplio recorrido. Se inicia a finales de los años 50 con un viaje a Rusia durante el que Michals comienza a tomar sus primeras imágenes y descubre el atractivo del medio fotográfico que hasta entonces le era ajeno. Termina con los proyectos más recientes que tienen el formato de cortometrajes en vídeo y entre medias se recorre la amplia trayectoria de este artista y las múltiples series creadas por él a lo largo del tiempo.
Nacido en McKeesport, Pennsylvania, en 1932, Michals estudió arte en la Universidad de Denver y diseño en Nueva York, ciudad donde trabajó también en el mundo editorial. Comenzó a hacer fotografías por afición en 1958, durante unas vacaciones en la Unión Soviética y con una cámara prestada, con la que realizó algunos retratos del pueblo ruso que obtuvieron un éxito inmediato gracias a su franqueza y simplicidad. Con esos retratos inicia su carrera de fotógrafo profesional, colaborando con numerosas revistas de prestigio. Los retratos de personajes, famosos o no, y los encargos de clientes diferentes como revistas, empresas o particulares, son una constante en el trabajo comercial que Duane Michals ha seguido ejerciendo hasta la fecha en paralelo con su búsqueda personal, en la firme convicción de que ganarse la vida con su trabajo profesional le ha garantizado la máxima libertad en su trabajo artístico.
En efecto, el trabajo de Michals se desarrolla desde un principio en territorios inexplorados, mal digeridos por el establishment de la fotografía. El propio artista afirma que tuvo la suerte de no haber estudiado nunca fotografía y, por consiguiente, de no conocer sus reglas. Ello le ha permitido alejarse de las prácticas habituales sin preocuparse en absoluto por los límites que se autoimpone la fotografía.
Desde aquel joven que cogió la cámara por primera vez en 1958 al octogenario que ha visitado recientemente Barcelona para presentar su retrospectiva han pasado muchos muchísimos años y, sobre todo, mucha actividad creativa y un espíritu muy crítico respecto al medio que trabajaba. Dice Duane Michals que La fotografía perdió la virginidad camino del banco y no es la única frase con la que pone en solfa el modelo que las galerías imponen para que la obra fotográfica adquiera valor económico con grandes formatos y pequeñisimas tiradas que, de alguna manera, pervierten la esencia misma del medio fotográfico.
Las fotografías de Duane Michals no tratan me han tratado nunca de representar la actualidad o de captar el momento antes y si bo, por el contrario la visión de sus obras evoca la expresión poética, las preguntas esenciales de la filosofía y la reflexión de un hombre sobre la vida que fluye alrededor.
En breve podrá realizarse una visita virtual de la exposición recién inaugurada a través de este enlace retrospectiva Duane Michals