Purificación García entrega sus Premios de Fotografía 2009

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Carlos Irijalba, Carlos Sanva y Mónica Fuster han sido los ganadores de los premios de la VII Edición del Concurso de Fotografía Purificación García que fueron expuestas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El Jurado de esta edición estaba compuesto por Rafael Doctor, Marta Gili (Directora del Museo Jeu de Paume), Chema Madoz (Premio Nacional de Fotografía), Oliva María Rubio (Directora de Exposiciones de La Fábrica y comisaria independiente), Alejandro Castellote (Critico y comisario independiente de fotografía) y un representante de la empresa Purificación García.

El Jurado realizó una selección de 27 obras entre las 454 obras presentadas por artistas residentes en España y Portugaly otorgó los tres premios a Carlos Irijalba por su obra Twilight 14, segundo premio a Carlos Sanva por su obra 13 Mil Millones y eltercer premio a Mónica Fuster por su obra Sin Título.

El nivel de las obras presentadas hizo que el jurado decidiese otorgar además cuatro menciones especiales, sin dotación económica a Llorenç Ugas por su obra Puerta de Luz II, Pedro Peña por su obra Rio Tinto I, Juan Mejías por su obra Cielo VI y Pablo Tarszenski por su obra New Earth’s Crust #1 / Sahara Desert, Argelia.

La obra Twilight, 14 de Carlos Irijalba, forma parte de su proyecto Twilight (Un disparo en la oscuridad) que se llevó a cabo en la Selva de Iratí, en la comarca de Baztán, una de las últimas selvas vírgenes de Europa.

Su trabajo ahonda en la idea de la descontextualización y crea un choque voluntario entre dos ámbitos, el humano y el natural. El traslado e instalación de un foco idéntico al empleado en los estadios de fútbol en la selva de Iratí, un lugar con un escaso índice de contaminación luminosa, genera un brutal contraste que aleja del remoto paisaje cualquier atisbo de intimidad, creando una atmósfera espectral.

Con esta acción, genera una amalgama de contrates: la cultura occidental, que reconstruye la realidad a través de la luz choca con la concepción oriental, que es mucho más consciente de las sombras; por otra parte la luz que en otro momento iluminaba el verde del campo de fútbol, lleno de gente expectante, ilumina ahora la solitaria y remota selva. Así, la atención se desplaza del habitual escenario iluminado, al artefacto que emana la luz, que queda habitualmente fuera de nuestra mirada. Nos encontramos pues con una clara crítica a la sociedad del espectáculo: lo insignificante, el ruido de lo espectacular y el conformismo generalizado que dominan la escena de la cultura contemporánea.

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