Restrospectiva de Louis Stettner, fotógrafo poco conocido y muy admirable

En nuestra sociedad hiperinformada es cada vez más difícil descubrir algo nuevo, sin embargo, la exposición de Louis Stettner que ofrece en Madrid la Fundación Mapfre es una de esas raras ocasiones en las que se pone el descubrimiento de un autor al alcance de la mano.

Calificado en su día como fotógrafo humanista, calificable hoy como fotógrafo callejero, hizo a lo largo de ochenta años mucha fotografía, una parte de ella comrpometida y centrada en los trabajadoresv y otra con una mirada pendiente de atrapar entre la luz y la sombra el palpitar y la somnolencia de las ciudades.

Hasta el 27 de agosto y dentro de la programación de PhotoEspaña va a estar a disposición del público la primera muestra que llega a España del estadounidense Louis Stettner que es, al mismo tiempo, la mayor retrospectiva que se le ha dedicado hasta la fecha.

En Louis Stettner (1922-2016) cerca de doscientas imágenes dispuestas en series cronológicas, nos dan la oportunidad de descubrir la prolífica e inspirada obra de un autor que vivió a caballo entre Nueva York y París aunque paseó sus cámaras también por otras partes del mundo, entre ellas España donde realizó una serie que puede contemplarse en esta exposición.

Pero ¿quién es Louis Stettner?

Desde luego, no se trataba de alguien anónimo en los círculos fotográficos de Nueva York y París. Su obra fue conocida por sus contemporáneos y también sus escritos  ya que de manera continuada firmó artículos en influyentes publicaciones especializadas.

Pese a ello, Stettner no se consagró en su tiempo, hasta que no se aproximó al final de su vida, careció de la notoriedad y el reconocimiento de otros fotógrafos coetáneos. Es posible que la causa de esto se deba a que no llegó a acuñar una visión propia diferenciadora. Al admirar sus imágenes es fácil que percibamos ecos, tanto temáticos como estilísticos, de otros autores desde Walker Evans o Dorotea Lange hasta Brassaï o Doisneau. Eso no significa en absoluto que sus fotografías sean de segunda línea o poco valiosas, al contrario, supo plasmar con una expresividad muy enérgica y acertada muchas imágenes con mérito suficiente para convertirse en icónicas.

La mayoría de las series fotográficas de Stettner se pueden calificar con el sello de “fotografía callejera” sin embargo el autor cultivó otros géneros como la naturaleza muerta o la fotografía de elementos naturales. Igualmente, el grueso de su producción es en blanco y negro pero la corta representación de su fotografía en color que se puede ver en Mapfre, permite apreciar la maestría del autor para abordar un medio técnico nuevo para él.

Claves del autor

Photo League La Photo League (1936-1951) fue un colectivo neoyorquino de fotógrafos —heredero de la Asociación de fotógrafos de trabajadores alemanes— que se reunía periódicamente para debatir las conexiones entre fotografía y política, sin llegar nunca a adoptar una postura programática pero teóricamente de izquierdas, y promover la fotografía como denuncia social. En ella Stettner conoció a fotógrafos como Sid Grossman y Weegee, y con tan solo veintidós años fue contratado como el profesor más joven de la asociación. 

Fotógrafo escritor En las décadas de 1950 y 1960 existía cierta desconfianza hacia los fotógrafos que escribían, quizá porque parecía que estaban ubicados en un lugar a medio camino entre ambas disciplinas. Stettner se dedicó siempre a la escritura a la par que la fotografía, y escribió no solo sobre sí mismo, sino también sobre muchos de sus colegas y amigos artistas, tanto sobre los que le gustaban como los que no. Sus textos eran un poco como sus fotografías: abruptos, espontáneos e impetuosos. En la década de 1970, comenzó a publicar una columna mensual en la revista Camera 35, dependiente de la Photo League, titulada primero «Speaking Out» [Hablando claro] y después «A Humanist View» [Una visión humanista]. Aunque escribió con profusión, no fue hasta 1979, ya de forma algo tardía, cuando publicó una de sus series en el libro Sur le tas, que recoge imágenes de hombres y mujeres trabajando. 

Walt Whitman Una de las figuras que más influyeron en la obra de Stettner fue Walt Whitman, con quien compartió la creencia de que era posible encontrar la belleza del mundo en las cosas cotidianas y comunes. Hojas de hierba se convirtió casi en su biblia, y llevaba un ejemplar con él a todas partes. En palabras del propio Stettner: «La fe de Whitman en sus semejantes, su comprensión del ciclo completo de la vida y la muerte y su cosmovisión me han resultado contagiosas. […] celebra a los hombres y mujeres y no tiene miedo, que es quizá una de las razones por las que nunca he dejado de fotografiar en las calles, dondequiera que haya seres humanos».

Trabajadores y obreros El compromiso social y su preocupación por los menos favorecidos, llevó a Stettner a fotografiar con frecuencia a trabajadores y obreros con el ánimo de presentarlos como individuos auténticos y dignos, al margen de lo precarias que fueran sus condiciones laborales. En sus propias palabras: «En medio del ruido, la suciedad, los humos y el riesgo de accidentes, me parecían personas muy sensibles, de una humanidad innata y con una maravillosa capacidad de organización y de percepción de la realidad inmediata. Siempre me hicieron sentir bienvenido y cómodo […] mi estancia en las fábricas fue una de las experiencias más significativas de mi vida». Los trabajadores de Stettner parecen fuertes y orgullosos, a menudo están absortos en sus pensamientos y dominan la imagen en la que aparecen; trascienden su entorno laboral y se muestran como individuos autónomos que se niegan a dejarse abatir por el trabajo duro.

Louis Stettner, nota biográfica

A Louis Stettner (Nueva York, 1922-París, 2016) le regalaron su primera cámara de fotos a los trece años. Poco después comenzó a visitar asiduamente el Metropolitan Museum of Art, donde tuvo la oportunidad de conocer la revista Camera Work. A través de sus páginas se familiarizó con la obra de fotógrafos como Alfred Stieglitz, Clarence H. White o Paul Strand, que le causaron una profunda impresión. Al poco tiempo se introdujo en el círculo de Stieglitz y gracias a la Photo League conoció el trabajo de Weegee, Sid Grossman, Edward Weston y Lewis Hine. 

Con dieciocho años se enroló en el Ejército como fotógrafo de guerra en el Pacífico, y a su vuelta a Nueva York continuó trabajando en la Photo League. En 1947 viajó a París, donde residió los siguientes cinco años y se encargó de realizar la primera retrospectiva de fotografía francesa en Nueva York, en la galería de la Photo League, celebrada en 1948. Durante este proceso conoció a Brassaï, a quien consideró su maestro y con quien entabló una relación que perduró a lo largo de los años. 

En la década de 1950, Stettner regresó a Nueva York, donde comenzó a trabajar para distintas revistas, como Life, Time, Fortune o Paris-Match, y a escribir sobre fotografía, algo que a partir de entonces hizo de forma periódica. A finales de los años 1960 empezó a impartir clases en el Brooklyn College, dependiente de la Long Island University. Su compromiso político, que mantuvo activo durante toda su vida, le llevó a manifestarse contra la guerra de Vietnam y, en una época en la que pocos lo hacían, pasó cinco semanas tomando fotos en la Unión Soviética. 

A principios de 1980, dejó de enseñar y escribir y se dedicó a investigar sobre su propio trabajo. En 1990 volvió a Francia y comenzó a pintar y esculpir. En 2001 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia y en este periodo inició una de sus series en color, «Manhattan Pastoral», que realizó durante sus veraneos en la ciudad de Nueva York, así como un proyecto con una cámara de gran formato en el macizo de los Alpilles, en la Provenza francesa. El artista murió en París el 13 de octubre de 2016 tras el cierre de su exposición Ici ailleurs, en el Centro Pompidou.

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