Se estrena la película La Mirada de Ouka Leele

Oula Leele, es pintora, es fotógrafa, es Premio Nacional de Fotografía y es entrañable porque cuando hablas con ella se abre y se desnuda y te deja ver lo que lleva dentro, que es algo tierno y lleno de poesía. Ahora y por primera vez, Bárbara Allende y su alter ego, Oula Leele, protagonizan una película documental firmada por Rafael Gordon y que fue recibida en la Seminci 2009 con entusiasmo. Algunos al verla actuar ante las cámaras con tanta candidez y convicción la han calificado como actriz revelación sin saber que en realidad lo que ha hecho no es representarse a si misma sino ser ella misma, la de siempre, con su decir quedo y lleno de candor. La mirada de Ouka Leele,se estrena este viernes en los cines Luchana de Madrid y esperemos que en breve se anuncie en la cartelera de Barcelona y otras ciudades.

CARTEL LA MIRADA DE OUKA LEELE

«La mirada de Ouka Leele», cuarto largometraje del cineasta Rafael Gordon, lo es también de Madrid, de una época, y de una forma de entender el arte y la libertad que asistió a la recién nacida democracia en España.

Con la «excusa» de que Ouka Leele -Bárbara Allende Gil de Biedma (Madrid, 1957)- iba a pintar un mural de 240 metros en un pueblecito de Murcia, Gordon tentó a la artista -a la que conocía y admiraba de años atrás- para hacer un seguimiento cinematográfico que acabó por ser «casi un psicoanálisis», reconocen ambos.

Tras cinco años de rodaje, la cinta ha conseguido contar «la historia de cómo se desarrolla la creatividad de un genio, su pasión y su lucha en el pensamiento, la pintura y la fotografía», ha afirmado su director, que hoy, junto a su musa, ofreció una rueda de prensa.

Se estrenará en Madrid el próximo día 5 de diciembre y quiere optar a los premios Goya.

«Ya la he presentado», ha dicho a EFE Gordon, quien confía en la respuesta del público para conseguir una mayor repercusión, tras la frustración del escaso apoyo recibido por parte de entidades como RTVE, se ha lamentado el cineasta.

«Me siento como una hormiga», dice una humilde Ouka Leele para explicar su sensación al ver la película, cuyo primer plano es una jovencísima artista tocada con un cochinillo en la presentación de su serie «Peluquería», en 1980, que proclama: «mi obra no es una crítica social, es la sublimación de lo cotidiano».

Repasa la cinta la relación con su familia y con su hija -protagonista, como ella misma, de muchas de sus fotos-, así como con otros artistas de la época, y aporta trozos impagables rodados por ella misma con la Fura dels Baus, Carlos Sánchez Pérez «Ceesepe», «El Hortelano» José Alfonso Morera, Sybilla o Radio Futura.

La cinta, que dura 117  minutos, contiene además documentos inéditos de la infancia de Ouka Leele rodados por su padre, que hoy vio la película con su hija, por primera vez al completo. Gordon ha explicado que es un documental que no se limita a narrar la vida de Bárbara, sino que «la vemos en acción: es casi una película de aventuras».

En realidad, asistimos a una interpretación tan natural y sincera que no extraña el montaje de las varias tomas que se hicieron para que contase el proceso de su enfermedad y cómo transformó un calvario de quimioterapia en un proceso de aprendizaje.

«Es que la vida misma tiene un mérito increíble», apunta Gordon, un director que ha rodado tres largometrajes dedicados a tres mujeres: Isabel de Castilla -el poder, la fuerza-; Teresa de Jesús -la espiritualidad- y Ouka Leele: «el presente y el arte», explica.

Para la creadora, el mural «Mi jardín metafísico» que pintó en Ceutí -en cuyo diseño participó todo el pueblo con opiniones y consejos- fue un gran reto al que tuvo que hacer frente a la vez que encajaba la muerte de su madre y la adolescencia de su hija, circunstancia que la tuvo dos años viajando de Madrid a Murcia.

«Pienso -afirma Gordon- que la obra gráfica de esta mujer es cine en esencia, sus imágenes sintetizan, en un sólo fotograma, toda una posibilidad cinematográfica», como lo demuestran obras como «El Beso -en la que una pareja enseña el interior de sus bocas retirando los labios con separadores de dentista-: «son iconos de su tiempo». De hecho, esta obra fue portada de influyentes revistas de la época, tanto nacionales como extranjeras. «Quería que Ouka Leele se mostrase tal cual es: joven, creativa, apesadumbrada por el sentir de la vida, pero también solidaria, y por encima de todo trabajadora incesante e infatigable», y, probablemente, lo ha conseguido.

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