Los Bosques de Luz de José Manuel Balllester


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Tabacalera, Espacio de Promoción del Arte (C/Embajadores 51. Madrid) ofrece desde el 7 de febrero al 28 de abril, la exposición “Bosques de Luz” que a través de medio centenar de fotografías muestra los últimos ocho  años de trabajo de José Manuel Ballester, Premio  Nacional de Fotografía 2010 por su singular interpretación del  espacio arquitectónico y la luz. Este espacio alternativo gestionado por el Ministerio de Educación y Cultura tiene también una gestión alternativa de sus actos por lo que cualquiera que esté interesado en acudir a la exposición no tiene más que presentarse en ella dado que la entrada es libre.

Ballester en estos años recogidos en la muestra, se ha interesado por una gran diversidad de temas: paisajes del mundo, naves industriales, y la arquitectura espacial de museos que han sido renovados, cerrados o que incluso ya desaparecieron. Además de estos temas «del natural» Ballester también ha iniciado una vía que le lleva a visitar y reinterpretar la pintura. Buena muestra de ella es la fotografía monumental (ocho metros) que reproduce la estancia que pintó Leonardo da Vinci en su obra maestra «La Última Cena». Ballester suprime en su fotografía a los apóstoles de la pintura mural original, dejando que la mirada del espectador recorra la mesa desnuda con los restos de la reciente Cena.

Lo mismo hace con obras de otros grandes pintores del Renacimiento italiano como Fra Angelico o Giotto, obras que él esquematiza, dejando los espacios representados pero eliminando de todos ellos la presencia humana: «esto se debe a mi predilección por escoger aquellos momentos en que la presencia directa se desvanece o desaparece«

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TEMAS REPRESENTADOS

Ballester trabaja a través de series, que en esta exposición vienen representadas por una  selección de temas de una gran diversidad, como son los grandes espacios paisajísticos  que abarcan desde China hasta Brasil, las naves industriales, a las que el artista señala  como espacios desde los que contemplar el pasado y el futuro, y los museos, uno de los  temas más representados en Bosques de Luz, algunos recién construidos, otros renovados,  y varios ya desaparecidos. Porque, como el propio Ballester comenta en la entrevista que  se puede leer más abajo:

“ El hecho de que la figura humana no esté presente en la mayoría de las ocasiones se  debe a mi predilección por escoger aquellos momentos  en  que    la  presencia  directa  se  desvanece o desaparece por un momento, o mi inclinación por buscar lugares que  dejaron  de ser activos para convertirse en espacios abandonados o en ruinas, o que por sus  características están ocultos o al otro lado de la sociedad, bien por su marginalidad o por  sus características especiales”

ESPACIOS OCULTOS

“La Última Cena” se adueña del patio de Tabacalera para recibir al visitante ante su mesa  desierta. El poder de las imágenes de la exposición queda ya claro desde los primeros  pasos. En esta fotografía (en la que Ballester ha respetado el mismo tamaño de la pintura  mural original, superior a los ocho metros) el artista coloca al espectador ante el mismo  escenario que pintó  Leonardo da Vinci en una de sus grandes obras maestras, una  estancia que aquí aparece completamente vacía, sin los apóstoles, incidiendo en uno de  los temas claves que el artista desarrolla en esta serie de fotografías: la presencia ausente.  La imagen recoge el momento posterior a la Cena, ese momento exacto en que sólo queda  el espacio con los vestigios de quienes lo habitaron.  Espacios Ocultos,  reúne varias  imágenes más en las que Ballester hace una relectura de obras maestras de la pintura  italiana del Renacimiento que él transforma en fotografías, mediante las que nos desvela  sus espacios ocultos, suprimiendo de ellas a los personajes que las pueblan.

Así, Ballester convierte la  “Anunciación” de  Fra Angelico del Museo del Prado, en “Lugar  para una Anunciación”, al mismo tiempo  que transforma las  Historias de Nastagio degli  Onesti de Boticelli (también del Museo del Prado) en su “Bosque italiano”.  Como él mismo  comenta: “existen miles de ocasiones en que la presencia humana sale de  escena. Esos  vacíos están llenos de información y de atractivos que, bien pueden, entre otros aspectos,  decir y explicar muchas cosas sin necesidad de una presencia humana directa y evidente”

MÉTODO DE TRABAJO DEL ARTISTA

Jose Manuel Ballester reivindica las enormes posibilidades que brinda la fotografía digital  como aliada en la creación de lo que él denomina un “nuevo pictorialismo”:  “Me he servido de disciplinas en principio muy diversas entre sí, que pasan del pincel al  ordenador…Cuando comencé a estudiar el mundo de la fotografía digital descubrí el  alejamiento que suponía la fotografía analógica respecto de la pintura. Con el nacimiento  de la fotografía digital y sus posibilidades de manipulación, se producía un reencuentro con  la forma de entender el proceso creativo muy afín a los procedimientos plásticos hasta  ahora conocidos. De hecho, siempre he considerado la arquitectura de Photoshop, su  diseño, como un amplio tratado de pintura que recuerda los grandes tratados escritos a lo  largo de la historia. Esta gran afinidad es la que ha creado un movimiento muy fuerte que  me gusta nombrar como período “Neopictorialista”  El artista, encuentra el motivo de su obra en los espacios de fricción que se dan entre la  arquitectura y la ciudad, la pintura y la fotografía o entre lo artificial y lo natural. Su obra  refleja a menudo la complejidad de la experiencia urbana a través de un nuevo punto de  choque, el que confronta al individuo con la globalización.

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1 COMENTARIO

  1. Lástima, una exposición tan buena de un fotógrafo magnífico en un sítio tan súmamente cutre donde no lucen nada bien las obras.

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