Hoy se inaugura en el Centro de Imagen EFTI la exposición “Fotografía sin verdad. El poder de la mentira” que estará abierta al público hasta el 26 de febrero ofreciendo a su contemplación una treintena de obras dobles, verdad-mentira, de ejemplos de cómo la práctica periodística distorsiona en ocasiones la realidad.
Se trata de una exposición-ensayo producto de muchos años de investigación a cargo de Diego Caballo Ardilla y Daniel Caballo Méndez para que conozcamos cómo la verdad de la imagen es frecuentemente desvirtuada, pisoteada, disfrazada y padece toda clase de atropellos en los medios de comunicación.
Los comisarios de esta muestra, periodistas de la agencia Efe y profesores de fotografía en la universidad San Pablo-CEU, ponen de manifiesto el papel que desempeña la fotografía, fundamentalmente desde su incorporación a la prensa, en la visualización de los problemas sociales, políticos, culturales y en otras áreas, la convierten en un arma muy poderosa y en un verdadero documento social. Reconociéndole la subjetividad que conlleva la toma, la imagen hecha con honradez representa a la memoria visual colectiva y una de las mejores formas de reflejar la realidad, esa realidad que tantas veces molesta.
La exposición y el libro que la acompaña recogen una recopilación de casos de manipulación fotográfica, imágenes que han sido modificadas fraudulentamente a lo largo de la historia, ya sea con carácter político, social o ilustrativo, además de mostrar y detallar las alteraciones realizadas en cada foto con la intención de borrar un personaje, mejorar una escena o corregir elementos no deseados.
Desde las dictaduras de Stalin, Franco, Hitler, Mussolini… y políticos de todos los tiempos, hasta las monarquías de diferentes países, organismos oficiales, los propios medios y profesionales, pasando por grandes y tristes acontecimientos como el 11-S, en Estados Unidos, y el 11-M, en España, numerosas fotografías han sido utilizadas para engañar al público, que en la mayoría de los casos no tiene la oportunidad de contrastar lo verdadero con lo falso y aceptan como bueno algo que en realidad no lo es.