La Galería Tomás March de Valencia ofrece hasta el 6 de marzo, una exposición que reúne la obra más reciente de José María Mellado (Almería, 1966): “eterno retorno”. Esta exposición es el resultado de un proceso mediante el cual el artista interpreta “cómo el hombre moderno se afana por hacerse un lugar en la historia, por dejar un legado, por poner su granito de arena antes de que su menesteroso tiempo se acabe”, parafraseando al filósofo Mircea Eliade, cuyo texto El mito del Eterno Retorno inspira esta muestra, partiendo de una visión lineal del tiempo, en donde coexisten lo natural y lo edificado.
En la explicación de la galería para muestra se lee que “En las fotografías de Mellado se observa que cualquier construcción abandonada por el hombre, al perder su rutina y funciones, queda en manos de la naturaleza que rápidamente ejerce una profunda dominación sobre sus muros. A través de un lenguaje compositivo artificiosamente creíble aunque, a veces, racionalmente imposible, el artista trata de rescatar un mundo que fue, es y será el mismo, y que cobra sentido precisamente en ese devenir de acontecimientos históricos que nos hacen llegar siempre al punto del que partimos, en un retorno infinito. Solares abandonados en tierras yermas, mansiones deshabitadas con testimonios espectrales, edificios desalojados que sirven ahora de alimento a una maleza eterna y barcos naufragados, son algunos de los retratos que Mellado nos ofrece en esta muestra, en su reconocido afán por abstraer aquello realmente interesante, la magia que encierra lo que es mundano, vulgar o incluso feo y, a priori, carente de interés”.
Mellado inició hace ya bastantes años su carrera en el mundo de la fotografía artística y los circuitos de exposiciones. A día de hopy, sus obras figuran en importantes colecciones públicas y privadas y está representada por las galerías Tomás March (Valencia), María Llanos (Cáceres), Blanca Berlín (Madrid), Llucià Homs (Barcelona), Ana Vilaseco (A Coruña), Full Art (Sevilla), Global Art Resources (Zürich) y Crown Gallery (Bélgica) y Boisseree (Alemania).
A Mellado hay que estarle agradecido por su labor pedagógica y por su generosidad en compartir sus técnicas de retoque, es impagable lo que ha hecho por la fotografía digital pero…tiene un estilo de fotografía que sólo luce con la foto en gran formato delante de nuestros ojos.
Es curioso como, siendo grandes fotos, en formato web no dicen nada, resultan sosas. En cambio en exposición y con sus sofisticados sistemas de iluminación resultan sobrecogedoras.
Lo digo porque quien veas estas fotos por primera vez en web, pensará «yo las hago mucho mejores y no soy tan famoso» pero no es correcto hay que ir a verlas en exposición.
A mi,personalmente, me gustan más las fotos que tienen fuerza en web y en exposición pero sigo diciendo que Mellado merece un monumento por su claridad de ideas y su labor pedagógica.
Como siempre coincido con tus comentarios. Es muy interesante reflexionar sobre lo que la escala y el formato aportan a la pareciación de la obra artística, concretamente a la fotográfica. Por otra parte también cabe preguntarse en qué medida los grandes formatos que priman hoy en día (unidos a las tiradas limitadas a 3 o 5 copias) no son una estrategia que responde fundamentalmente a los intereses de las galerías. Cuando veo las bellas y relativamente pequeñas copias de Maplethorpe pienso que seguramente si aún estuviera vivo se habría pasado a los formatos gigantes. En cualquier caso creo que estos grandes formatos permiten apreciar mejor la obra y en el caso de muchas fotos de Mellado permiten hacer una lectura de proximidad en la que vas descubriendo pequeños detalles que le dan otra vida a la obra.